Insuficiencia aórtica
El ejemplo clásico de un soplo por insuficiencia semilunar es el soplo de la regurgitación o insuficiencia aórtica. El soplo de la insuficiencia aórtica se debe en gran parte a la turbulencia generada cuando la sangre regurgita a través de una válvula aórtica que es incompetente y el flujo desciende de la aorta hacia el ventrículo izquierdo a través de la válvula que no cierra bien. Esta regurgitación produce un soplo con una tendencia decreciente de alta frecuencia. Es decir, el soplo comienza justo en el segundo ruido cardíaco o R2 (S2 en la ilustración), se prolonga durante parte o a veces en la totalidad de la diástole, y el soplo disminuye en intensidad a medida que la presión aórtica va descendiendo. El soplo y el ruido tienden a equilibrarse con la presión ventricular izquierda. La regurgitación aórtica de gran volumen se acompaña de un aumento de la presión de pulso aórtico, y de un pulso sistémico que asciende rápidamente y posteriormente desciende de manera súbita. De allí, que muchos de los signos clásicos de la insuficiencia aórtica se deben en gran manera a estos cambios del pulso sistémico en donde su ascenso y descenso son súbitos.
Si la regurgitación aórtica es severa, puede escucharse un tercer ruido cardíaco en al ápice del precordio izquierdo. Este tercer ruido cardíaco puede ser acompañado de un soplo mesodiástolico con vibración de baja frecuencia, y con un retumbo. Este soplo se conoce como el retumbo de Austin Flint y se debe a la competencia entre dos chorros de sangre que llegan al ventrículo: el que viene de la válvula aórtica que regurgita y el que viene de la aurícula izquierda. Es posible que el soplo tenga una acentuación pre sistólica y que se asemeje al soplo de la estenosis mitral, pero es generado por la insuficiencia aórtica.
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Última modificación: mayo 2010