Los ácidos grasos omega-3 también se denominan comúnmente «aceite de pescado». Los estudios han demostrado que estos ácidos graso poliinsaturados son beneficiosos para el corazón de la gente sana, de aquellos con alto riesgo cardiovascular o de aquellos que ya sufren de una enfermedad cardiovascular.
Los médicos aún estudian las maneras en que el aceite de pescado reduce el riesgo cardiovascular. Saben que los aceites de pescado:
- reducen el riesgo de arritmias
- reducen los niveles de triglicéridos
- retardan el proceso de acumulación de placa grasa en las arterias
- reducen la presión arterial (levemente)
La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda comer pescado (especialmente pescados grasos) por lo menos dos veces por semana. Algunos pescados grasos son la caballa, la trucha de lago, el arenque, las sardinas, la albacora (o atún blanco) y el salmón. Estos pescados son ricos en dos clases de ácidos grasos omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
La AHA también recomienda comer tofu y otros productos de soja, nueces, linaza y aceite de colza (canola). Estos alimentos contienen ácido alfa-linolénico (LNA), que puede convertirse en ácido graso omega-3 en el organismo.
Si está considerando tomar un suplemento de aceite de pescado (en cápsulas), hable con el médico. Una sobredosis de aceite de pescado puede causar graves problemas de salud, tales como una hemorragia interna o un ataque cerebral.
Última modificación: agosto 2016